Blog Los viajes de Dora Santuario de la Peña de Francia ~ LOS VIAJES DE DORA
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Santuario de la Peña de Francia

Corría el año 1434 cuando el francés Simón Rolán, a impulsos de una misteriosa revelación, descubrió en lo más alto de la "Peña de Francia" la imagen de la Virgen que, a partir de ese momento y bajo tal advocación, sería centro de una devoción que se extendería por el reino de Castilla, por toda España y aún más allá. Bajo el cuidado de la Orden de los Dominicos, la pequeña primera ermita se convertiría, pronto, en iglesia, convento y hospedería, necesaria, esta última, para acoger a los numerosos peregrinos que empezaron a acudir.

Declarado Monumento Histórico-Artístico en 1956, el Santuario de la Peña de Francia se puede considerar como un conjunto que acoge a la iglesia, el convento, la hospedería, la plaza y los miradores.









La iglesia de estilo gótico carente de decoración (siglo XV) está dotada de una escalinata y portada neoclásica (siglo XVII) y de una torre levantada en 1767.






En su interior alberga la imagen de la Virgen, obra de 1890, que guarda en su interior los deteriorados restos de la primitiva. En capillas laterales, las imágenes de Santiago Apóstol, San Andrés y del Santo Cristo, halladas respectivamente en 1439, 1440 y 1446.









   






El convento, con portada original, tiene refectorio y claustro del siglo XVIII, como la bóveda que cubre el aljibe que satisfacía las necesidades del convento al recoger el agua de los techos y que, por el color de sus reflejos, se le conoce con el nombre de "el pozo verde".











   

La hospedería es una moderna y remozada instalación hostelera que aún conserva el escudo del rey Juan II sobre la portada original.




La plaza conserva, al final de los cobertizos, la capilla de la Blanca (siglo XVI) sobre el mismo lugar de la aparición de la Virgen Morena.











   

  




En el centro de la misma, el Rollo (siglo XVI) - declarado Bien de Interés Cultural en 1963- símbolo de la jurisdicción civil otorgada al Prior sobre la montaña.

   

El balcón de Santiago, el del Fraile y el Mirador de Santo Domingo, por último, son ventanas abiertas a la incomparable panorámica que se divisa desde la altura.











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